Ambos integrantes somos personas experimentadas y con un nivel formativo alto. Somos una pareja joven y entusiasta que ha decidido emprender esta aventura con mucha ilusión y, sobre todo, con el firme convencimiento de aportar nuestro granito de arena para ayudar a la biodiversidad.

Somos buenos conocedores de los territorios en los que trabajamos, pues en ellos nos hemos criado, de ellos hemos aprendido y gracias a ellos hemos decidido dar nuestros pasos en la dirección en la que nos encontramos.

Estamos en continuo aprendizaje y crecimiento para poder dar el mejor servicio posible.
Sobre estas bases comienza todo nuestro trabajo, con un respeto pleno a la flora y a la fauna del lugar en el que trabajamos. En el diseño de todas nuestras actividades siempre se tiene mucho cuidado, evitando poner en riesgo la tranquilidad de las especies, sin alterar ni molestar nunca a nuestro alrededor.

Nuestros clientes deben ser conscientes de que cuentan con todas las autorizaciones y permisos pertinentes para llevar a cabo cualquiera de las actividades que ofertamos. También deben saber que todas estas actuaciones se llevan a cabo tras un estudio previo en el que se ha comprobado que el impacto negativo en la flora, la fauna y el medio es mínimo o nulo. Nunca vamos a poner en riesgo la tranquilidad o el bienestar de un individuo por tener una actividad “más llamativa”.

Queremos de alguna manera devolver al medio todo lo que nos ha dado. Algo tan sencillo como puede ser el tener el privilegio de observar a un azor bebiendo agua en una de nuestras balsas, se convierte en algo mágico y especial, un momento inigualable, una sensación que cuesta describir con palabras. Fue tan grande la alegría de avistar por primera vez aquel animal, que decidimos utilizarlo como nuestra imagen corporativa. Esa mirada, clavada a través de la cámara, esa mirada al bosque abrió el camino de todo este proyecto.