Una vez que el invierno se adentra, viene de la mano del frío, las temperaturas bajan y las verdaderas nevadas, aunque por desgracia cada vez menos duraderas y abundantes, cubren las cotas más altas.

Los pequeños paseriformes valientes que se quedan en la Península todo el año atraviesan los meses probablemente más duros del año, a causa de la escasez de alimento, pues los campos están yermos y los insectos han desaparecido.

Todo tipo de zorzales buscan lombrices y frutos de invierno, como el acebo, para hacer más llevadero el frio. Los mamíferos como el tejón y el zorro campan a sus anchas en la búsqueda de carroña y pequeñas presas.

Las bajas temperaturas, la nieve y el hielo dificultan el acceso a los casi inexistentes invertebrados de los que, hasta hace poco se nutrían mamíferos com el tejón, el cual está ocupado buscando pareja en el bosque.

Anfibios y reptiles tampoco quieren saber nada del exterior y permanecden enterrados en la seguridad de sus refugios a la espera de días más cálidos.

Esta época resulta muy interesante para la realización de actividades como el senderismo interpretativo, pues el bosque da una visión diferente de si mismo de la que solemos estar acostumbrados, al ser común el paseo en días de tiempo más amable. También resulta muy interesante la visualización de especies invernantes, como buitres, paseriformes, ungulados y pequeños predadores.  🌳🐾

En septiembre millones de aves utilizan nuestro país como puente para llegar al continente africano. Otras, se quedan con nosotros para pasar el invierno. Especies como milanos, cigüeñas, halcones abejeros… cruzan por cientos el estrecho.

También tiene lugar uno de los mayores espectáculos que nos ofrece la naturaleza, la berrea del ciervo, que inunda el monte de sonidos por una temporada, una actividad, digna de ver.

Es una buena época en la que observar a las nutrias que, aunque están presentes todo el año, por esta época les gusta juguetear emitiendo gritos muy peculiares.

Comienzan también las heladas cada vez más persistentes, junto con el descenso paulatino de las temperaturas.

Las zonas más sombrías y húmedas del campo nos ofrecen uno de sus manjares como son las setas, de multitud de colores tamaños formas y sabores. Esta es la mejor época para realizar nuestras jornadas micológicas. Los frutos secos también se dejan ver en esta época como castañas, nueves o avellanas.  🌳🐾

Llega la primavera y el campo se despierta de su letargo. Con el aumento de las temperaturas muchas aves invernantes, como los milanos, comienzan su viaje hacia el norte y otras, las estivales, vienen a pasar los meses cálidos. Los árboles de hoja caduca reverdecen tiñendo montes y campos de un sinfín de tonalidades de verdes. No solo surgen las hojas de los árboles, las flores también hacen su aparición estelar tiñendo la tierra de multitud de colores. Y con ellas, llegan los insectos, los cuales serán el alimento de muchos animales de mayor tamaño.

La cigüeña blanca hace tiempo que está sobre su nido, el águila real se encuentra incubando sus huevos al comienzo de la primavera mientras el macho le abastece de alimento.

Casas y cobertizos abandonados serán ocupados por cernícalos, aviones, golondrinas, grajillas, mochuelos y otros “ocupas”.

En el cúlmen primaveral, sobre el mes de mayo, la mayoría de especies como alcaudones, oropéndolas o vencejos, están en su misión más importante, encontrar pareja, conquistarla y sacar adelante una nueva generación.

Esta puede ser la mejor época para salir al campo a observar aves.

Los mamíferos, suelen ser un poco más adelantados y para mayo, gatos monteses, garduñas, martas y otros ya tienen a sus crías correteando por los bosques y prados.

Una época maravillosa para realizar todo tipo de talleres, como el de planteas medicinales, senderimo, hides…

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El calor ha llegado para quedarse y muchas flores desaparecen bajo los rayos de sol abrasadores, permanecen aquellas de ambientes más frescos.

De las ninfas de libélulas emergen ya ejemplares adultos que invaden las zonas más húmedas.

Los chotacabras pasan el día a refugio descansando para reponer fuerzas que gastar durante la noche en su incansable caza de insectos.

En el mes de julio se produce la máxima explosión vital. El campo se llena de nuevas generaciones de aves, mamíferos y reptiles. Bandos ruidosos de vencejos, aviones y golondrinas invaden los cielos de los pueblos.

La “inquietud migratoria” de muchas especies de aves comienza a ser evidente y las aves que no han empezado a migrar, no tardarán mucho en hacerlo.

Los hides están en pleno apogeo al disponer en ambos de bebederos, pues la mayoría de animales están sedientos. 🌳🐾